NEURODIVERGENCIA Y CAPACITISMO

 Neurotípico, neurodiverso y neurodivergente son tres términos desarrollados para describir el funcionamiento neurológico de las personas. La neurodiversidad refiere al funcionamiento neurológico de todes, ya que no existen dos cerebros iguales. Pero dentro de la neurodiversidad existen personas con características que se enmarcan dentro de “lo típico” (neurotípico) y personas cuyas características neurológicas son “atípicas” o neurodivergentes. Cuando una persona reúne determinados rasgos neurodivergentes, puede encontrarse dentro de determinados diagnósticos: espectro autista, TDAH, dislexia, discalculia, etc. También pueden existir personas neurotípicas que cursen sólo ciertos aspectos neurodivergentes. El mundo de la neurodivergencia es amplísimo y las personas podemos cursar varios diagnósticos al unísono. Es también válido que no queramos nombrarnos dentro de algún diagnóstico en particular. La idea de los diagnósticos no es que nos estanquen, sino que nos ayuden a comprender nuestras particularidades y, a partir de ese entendimiento, generar herramientas que nos ayuden a tener una buena calidad de vida dentro del contexto en el que nos desarrollamos. Es muy importante que tengamos en cuenta que la sociedad actual está organizada de forma neurotípica, lo cual implica que las personas neurodivergentes y las redes que nos rodean, tenemos que hacer grandes esfuerzos por generar adaptaciones que nos permitan habitar muchos ámbitos que para las personas neurotípicas son fácilmente vivibles. La neurodivergencia nos aporta distintas formas de percibir, procesar, entender y actuar en el mundo.

¿Cómo se relaciona la neurodivergencia con el capacitismo? Si partimos de la base de que la neurodiversidad nos compete a todes y sumamos que un cierto porcentaje de personas somos neurodivergentes, podremos vislumbrar que una sociedad organizada de forma neurotípica no aporta las mismas posibilidades para todes. El capacitismo es una lógica de pensamiento, organización y acción discriminatoria. Es la idea más o menos explícita de que todes podemos alcanzar las mismas metas, dejando de lado y menospreciando el hecho de que no todes tenemos las mismas posibilidades, y que en realidad, lo que podamos o no “alcanzar” va a tener que ver tanto con nuestras posibilidades individuales como con el entorno en el que nos desarrollamos, tanto a nivel micro como a nivel macro. El capacitismo es entonces una forma de violencia, ya que no sólo da por sentado que todes podemos lo mismo, sino que esas metas se plantean como una exigencia, a las que se puede llegar si nos esforzamos lo suficiente. Por tanto el capacitismo es también meritócrata.

Si algo aporta la neurodivergencia es el hecho de llegar a un cierto resultado por caminos distintos a los que se plantea de forma típica. Esto se ve de forma muy notoria cuando una persona neurodivergente está inserta en la educación formal. Actualmente tanto primarias, secundarias, terciarios y universidades ofrecen formas de aprendizaje homogéneas y homogeneizantes para poblaciones heterogéneas. Es por esto que, muchas veces, las personas neurodivergentes podemos terminar siendo expulsadas de forma directa o indirecta de las formaciones académicas.

Cierto es que neurodivergencia NO es igual a déficit. En tal caso lo que puede generar déficit y exclusión es la falta de adaptaciones y comprensión que ofrece la sociedad neurotípica en la que vivimos. Por ejemplo, una persona neurodivergente puede tener algún episodio de crisis que deje ciertas secuelas como un cansancio inhabilitante para realizar ciertas tareas. Si el ámbito de estudio o trabajo no tiene en cuenta estos posibles parates dentro de la vida de una persona neurodivergente, entonces se terminará desembocando en medidas capacitistas, es decir, pretender que todas las personas puedan rendir de las mismas formas y en los mismos ritmos. Es por esto que muchas personas neurodivergentes tienen graves complicaciones para empezar o terminar estudios, y para conseguir trabajo.

Si estudiás, trabajás o empleás/sos empleade por personas neurodivergentes es necesario que practiques un diálogo activo para poder entender qué pueden y qué no pueden brindar esas personas, y en qué pueden tener flexibilidad o no tenerla. Parte de seguir construyendo lógicas de vinculación inclusivas es interiorizarse en la comprensión de las neurodivergencias para poder facilitar espacios que nos alojen a todes.

 

Todos los derechos reservados para Julieta Mor.

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