REACCIONAR DESDE LA HERIDA

 Ya en varias oportunidades he nombrado las heridas primales y los traumas. Son situaciones en donde nuestras necesidades no son atendidas como necesitamos, y somos violentades de manera más o menos explícita. Nuestra percepción del tiempo es lineal, y es por esto que tendemos a creer que algo que sucede en un momento, queda latente durante un corto tiempo y luego se disuelve porque lo olvidamos. Pero el tiempo del psiquismo y del cuerpo no funciona de esa manera. Cuando atravesamos un trauma, nos vemos expuestes a un gran monto de estrés, y es probable que en ese momento no podamos procesar lo que estamos vivenciando, pero quedará un registro grabado en nosotres. Entonces, si en otro momento nuestra psiquis-cuerpo vuelve a detectar que estamos pasando por una situación similar a la que generó el trauma, intentará defendernos con mecanismos como la pelea, la huída o el congelamiento. Conservar el registro del trauma es una forma de defensa, como un backup de lo que nos lastimó, una manera de protegernos para no volver a vivenciar lo que ya sucedió en otro momento y que nos dejó una gran herida. Entonces, cuando sentimos que tenemos “reacciones desmedidas”, es probable que estemos reaccionando desde nuestras heridas. Claro que esto sólo lo podemos saber y expresar nosotres, no debiera ser una herramienta para la invalidación emocional. En los trabajos terapéuticos, lo que se intenta es darle espacio en tiempo presente a los traumas que se fueron sucediendo, para poder validarnos, darnos un tiempo de merecido enojo, dolor, angustia, llanto y duelo, y todo lo que no hayamos podido expresar en ese momento. Dándole lugar a los traumas que fuimos atravesando, pudiendo darle valor a lo que nos hirió, podremos ir leyendo las situaciones con ojos presentes y no pasados. Quizás el problema más frecuente es el de poder identificar si estamos reaccionando desde la herida o desde el presente. En primer lugar es bueno aceptar que tenemos una historia que nos compone, no podemos borrarla, por ende nuestras conductas y reacciones responden a esa construcción tan singular que somos. Pero una manera de ir detectando si estamos reaccionando desde la herida, es empezar a reparar en la impulsividad de las respuestas, e inclusive el notar que queremos responder de otra manera pero no nos es posible. Hacer el ejercicio de repasar la situación de forma objetiva, describiendo los hechos que concretamente sucedieron para poder empezar a discernir. Lo que sí es MUY importante es, cuando reaccionamos desde nuestras heridas, no castigarnos. Podemos disculparnos con nosotres y con les demás, pero es muy valioso poder afianzarnos en que estamos transitando experiencias de vida, como si fuese una práctica, en donde no nos sentimos todos los días de la misma manera, y cada momento es un intento. Una reacción no nos define ni nos condena, poder abrazar nuestro dolor es lo mejor que podemos hacer por nosotres mismes.


Con amor, Juli.

Comentarios

  1. Es movilizador lo que escribís...lo asocio con una experiencia traumática vivida (la pérdida de un hijo durante el embarazo) y el cómo eso originó una explosión en veintemil pedazos de la historia con mi compañera de aquel entonces.
    Y toda la carga de equívocos que generó a partir de (sin establecer orden) CULPA/AUSENCIA/ODIO/DOLOR/RENCOR............................OLVIDO.
    Elijo ser conducente y abono a la teoría de que los amores se van entrelazando unos con otros, aún con saltos temporales considerables, que una persona "posibilita" otra en este intricado camino.
    Que , seguramente, sin aquella situación desgarradora de hace 16 años no hubieran llegado a "ser" los dos peques que hoy me revolucionan la cabeza...y que ellos le dieron aún más vida a aquel bebé que no llegamos a conocer.
    Creo, sin embargo, que todo todo es una cuestión de tiempos y velocidades.

    Ah! a ELLA la reencontré (por escrito) el año pasado...aún en la distancia, cada uno (a su manera) pudo empezar a reorganizar su dolor en pos de la ardua tarea de perdonarnos.
    Un placer conocerte y leerte.

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  2. Vivi el trauma de que mí madre muriera inesperadamente cuando yo estaba embarazada. En ese momento enfocada a la vida que gestaba se ve que pause muchos sentires y a los 3 años empezaron a desbordarse. Primero no podía unir lo que pasaba porque esto de que en un tiempo lineal 3 años habían pasado pero por fin tenía tiempo y seguridad para sentir y lo hice.
    Recién después de casi 2 años de terapia empecé a mejorar frente a esa vivencia y me siento bien dentro mío.
    Ahora estoy bien para aprender sobre los traumas y heridas, antes no podía ni calificarme como atravesada por el trauma.

    Gracias por todo lo que enseñas :)

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